lunes, 21 de septiembre de 2009

¡No basta con producir!

Caminaba por las oscuras avenidas alumbradas con luces de neón y estridentes sonidos. La aparente diversión, el futuro de los ilusos que caían impávidos ante el menor destello de ver la luz y bajar a las profundidades una y otra vez. Pero, luego tras cada noche devenía el día, que no ofrecía nada. Nada, nada más que un montón de palabrerías apiladas por alguien que estuvó en su momento ocioso o por no menospreciar el valor de su trabajo, extremadamente ocupado de entender el mundo, sin vivirlo. ¿Acaso eso es vida? Efectivamente, si sos bueno en eso, te podrá traer provechosos dividendos. Pero hay que tener en cuenta que no llegamos a la realidad como ermitaños, apartados en montañas de tecnología que nos proponen una visión facilista de todo.
La vida desde la antiguedad ha sido en el mundo real, no en subrealidades alternativas. Y estos mismos sujetos que de día nadan en palabras, en la contracara van en búsqueda del mejor postón, que aparentemente les podría dar solución a sus vidas. Pero... ¡no, no es así!.
Pobres individuos que como hormigas del contexto ultralaboral recorren las carreteras del placer, mientras otros acuden al sueño en dónde arman sus vidas y entretejen toda una madeja de lo que harán o no con sus existencias. ¿Y que hay de las hormigas? Éstas no tienen nada más que hacer en su vida, que producir, producir. No conocen que es soñar, que es esperar algo de la vida. Aunque no todo está perdido, y cuando menos esperas vendrá un remezón al proceso hiperestructurado, para darle un motivo a la existencia, y adquirir la capacidad de soñar.

domingo, 30 de agosto de 2009

Mensaje de bienvenida

Escribir. Al qué le gusta hacerlo sufre por la escasez de tiempo, por la productividad extrema requerida actualmente en el mundo del trabajo y/o estudios, por la simple flojera propia del mundo post-moderno que caracteriza a la persona que prefiere andar vagando por los canales televisivos, viendo cualquier inmundicia que ofrezca la caja idiota o bien las variadas posibilidades que nos ofrece la internet para hacer cuestiones provechosas, sin embargo también muchas sin mayor realce para el desarrollo como seres integros.
Las palabras son una poderosa arma, que quien la sabe ocupar puede tener el mundo a sus pies. Mientras, quien no le da un uso conveniente cae lapidariamente como uno más dentro del montón de literatos trasnochados e hiperventilados que abundan en todo lugar de expresión.
No es mi intención darle una cátedra de lo que es escribir, ni menos decirle que se vea en la obligación de leer lo que escribo. Yo lo hago por gusto, no porque usted me lo pida, sino porque yo quiero. Y se puede decir que ésta es una especie de bienvenida a este nuevo espacio que hoy hago nacer. Pero, que mañana mismo si así lo estimo conveniente puedo hacer desaparecer.